Sam Altman, OpenAI: ‘Afortunado y humilde’ de trabajar hacia la superinteligencia

Sam Altman, CEO y cofundador de OpenAI, ha compartido reflexiones sinceras sobre el camino recorrido por la compañía en su objetivo de alcanzar la superinteligencia.

Con el reciente segundo aniversario de ChatGPT, Altman describe los logros de OpenAI, los desafíos actuales y su visión para el futuro de la inteligencia artificial.

“El segundo cumpleaños de ChatGPT fue hace poco más de un mes, y ahora hemos pasado al siguiente paradigma de modelos que pueden realizar razonamientos complejos”, reflexiona Altman.

Una misión audaz para alcanzar AGI y superinteligencia

OpenAI fue fundada en 2015 con una misión clara, aunque audaz: desarrollar AGI (inteligencia general artificial) y garantizar que beneficie a toda la humanidad.

Altman y el equipo fundador creían que la AGI podría convertirse en “la tecnología más impactante en la historia de la humanidad”. Sin embargo, recuerda que el mundo no estaba particularmente interesado en su empresa en aquel entonces.

“En ese momento, muy pocas personas estaban interesadas, y si lo estaban, era principalmente porque pensaban que no teníamos ninguna posibilidad de éxito”, explica Altman.

Avanzando hasta 2022, OpenAI todavía era una instalación de investigación relativamente silenciosa probando lo que entonces se conocía como ‘Chat con GPT-3.5’. Los desarrolladores habían estado explorando las capacidades de su API, y la emoción generada dio lugar a la idea de lanzar una demostración lista para los usuarios.

Esta demostración llevó a la creación de ChatGPT, que Altman reconoce que se benefició de un nombre “afortunadamente” mejor que el inicial. Cuando se lanzó el 30 de noviembre de 2022, ChatGPT resultó ser un punto de inflexión.

“El lanzamiento de ChatGPT inició una curva de crecimiento como nunca antes habíamos visto—en nuestra empresa, nuestra industria y en el mundo en general”, dice.

Desde entonces, OpenAI ha sido testigo de una evolución marcada por un interés sorprendente, no solo en sus herramientas, sino en las posibilidades más amplias de la inteligencia artificial.

Construyendo a un ritmo vertiginoso  

Altman admite que transformar OpenAI en una potencia tecnológica global vino acompañado de desafíos significativos.

“En los últimos dos años, tuvimos que construir una compañía completa, casi desde cero, en torno a esta nueva tecnología”, señala, añadiendo: “No hay forma de entrenar a las personas para esto, excepto haciéndolo”.

Operando en aguas desconocidas, el equipo de OpenAI a menudo enfrentó ambigüedades, tomando decisiones sobre la marcha y lidiando con los inevitables errores.

“Construir una empresa a tan alta velocidad y con tan poca experiencia es un proceso desordenado”, explica Altman. “A menudo son dos pasos hacia adelante, uno hacia atrás (y en ocasiones, un paso hacia adelante y dos hacia atrás)”.

Sin embargo, a pesar del caos, Altman reconoce la resiliencia y capacidad de adaptación del equipo.

OpenAI ahora cuenta con más de 300 millones de usuarios activos semanales, un aumento significativo en comparación con los 100 millones reportados hace solo un año. Gran parte de este éxito radica en la ética de la organización de aprender haciendo, combinada con un compromiso de entregar “tecnología al mundo que la gente realmente parece amar y que resuelve problemas reales”.

‘Un gran fracaso de gobernanza’

Por supuesto, el camino hasta ahora no ha estado exento de turbulencias. Altman rememora un capítulo particularmente difícil de noviembre de 2023, cuando fue repentinamente destituido como CEO, brevemente reclutado por Microsoft, solo para ser reinstalado por OpenAI días después en medio de reacciones de la industria y protestas del personal.

Hablando abiertamente, Altman destaca la necesidad de mejores estructuras de gobernanza en organizaciones que enfrentan tecnologías críticas como la IA.  

“Todo el evento fue, en mi opinión, un gran fracaso de gobernanza por parte de personas bien intencionadas, incluido yo mismo”, admite. “Mirando hacia atrás, ciertamente desearía haber hecho las cosas de manera diferente, y me gustaría creer que hoy soy un líder mejor y más reflexivo que hace un año”.

El episodio sirvió como un recordatorio contundente de la complejidad de gestionar un crecimiento rápido y la magnitud de los riesgos involucrados en el desarrollo de IA. También impulsó a OpenAI a crear nuevas estructuras de gobernanza “que nos permitan perseguir nuestra misión de garantizar que la AGI beneficie a toda la humanidad”.

Altman expresó una profunda gratitud por el apoyo recibido durante la crisis por parte de empleados, socios y clientes. “Mi mayor aprendizaje es cuánto tengo que agradecer y a cuántas personas les debo gratitud”, enfatiza.

Pivotando hacia la superinteligencia  

Mirando hacia el futuro, Altman dice que OpenAI está comenzando a apuntar más allá de la AGI hacia el desarrollo de la “superinteligencia”—sistemas de inteligencia artificial que superen ampliamente las capacidades cognitivas humanas.

Ahora estamos seguros de saber cómo construir AGI tal como tradicionalmente la hemos entendido”, comparte Altman. OpenAI predice que para finales de este año, los agentes de IA se integrarán significativamente en “la fuerza laboral”, revolucionando industrias con automatización más inteligente y sistemas de compañía.

Lograr la superinteligencia sería especialmente transformador para la sociedad, con el potencial de acelerar descubrimientos científicos, pero también representa los mayores peligros.

“Creemos en la importancia de ser líderes mundiales en investigación de seguridad y alineación… OpenAI no puede ser una empresa normal”, señala, destacando la necesidad de innovar de manera responsable.

La estrategia de OpenAI incluye introducir gradualmente innovaciones al mundo, permitiendo que la sociedad se adapte junto con la rápida evolución de la IA. “Poner herramientas excepcionales iterativamente en manos de las personas lleva a resultados positivos ampliamente distribuidos”, argumenta Altman.

Reflexionando sobre la trayectoria de la organización, Altman admite que el camino de OpenAI ha estado definido por avances extraordinarios y desafíos significativos: desde la ampliación de equipos hasta enfrentar el escrutinio público. 

“Hace nueve años, realmente no teníamos idea en qué nos convertiríamos; incluso ahora, solo tenemos una vaga idea”, dice.

Lo que permanece claro es su compromiso inquebrantable con la visión de OpenAI. “Nuestra visión no cambiará; nuestras tácticas seguirán evolucionando”, afirma Altman, atribuyendo el progreso notable de la compañía a la disposición del equipo para replantear procesos y aceptar desafíos.

A medida que la IA continúa transformando industrias y la vida cotidiana, el mensaje central de Altman es evidente: Aunque el camino no ha sido nada fácil, OpenAI se mantiene firme en su misión de desbloquear los beneficios de la IA para todos.

“Qué afortunado y humilde es poder desempeñar un papel en este trabajo”, concluye Altman.

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